El Banco de Alimentos de Cuenca y el Banco del Bebé suman sus esfuerzos en la lucha por la niñez y contra la desnutrición

La vicepresidenta de la República, María Alejandra Muñoz, participó en la inauguración de estos proyectos y recordó que la lucha contra el hambre es un objetivo de desarrollo y un objetivo de paz que compete a todos.

Cuenca, Azuay. – La unión de voluntades de la empresa privada, la iglesia y la sociedad civil concretaron la creación del Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Cuenca, BAAC, y el Banco del Bebé, iniciativas que contribuyen en el objetivo común de lucha contra el hambre y en particular contra la desnutrición crónica infantil. La visión de trabajo es la de proporcionar alimentación a las poblaciones más necesitadas de Azuay, a las madres gestantes y a sus niños en los primeros años de vida.

Este jueves, la vicepresidenta de la República, María Alejandra Muñoz, participó en la inauguración de estos proyectos y recordó que la lucha contra el hambre es un objetivo de desarrollo y un objetivo de paz que compete a todos. «Este banco de alimentos es una respuesta clara de que la lucha contra la desnutrición crónica infantil es una causa que nos une a todos, más aún en tiempos de covid. En una tragedia nadie gana, pero así mismo, en generosidad nunca se pierde. La niñez es la prioridad”, aseguró.

Además, agradeció a quienes aportaron en este esfuerzo, “por demostrar que las soluciones a los problemas no son patrimonio del Gobierno, ni de un espacio de la sociedad, sino de todos. No hay una sola lucha, ni una sola pelea, ni una sola conquista, la lucha es todos los días, pero debe tener sostenibilidad y ese llamado lo pongo en el centro”.

Los bancos de alimentos trabajan con un modelo de gestión destinado a evitar el desperdicio de alimentos, brindando soluciones integrales para combatir el hambre y redistribuyéndolo a personas de escasos recursos. En Ecuador, cerca de 939 mil toneladas al año se desperdician. Esto equivale a cerca de USD 334 millones anuales.

El BAAC se creó como respuesta a la pandemia con el propósito de atender con alimentos a los habitantes en situación de vulnerabilidad, geriátricos y hospitales. Gracias a las donaciones, hasta el momento, 100 mil personas han sido beneficiadas con 157 mil kilos de alimentos.

Su directora Ejecutiva, María Susana Rivadeneira, explicó que este proyecto es “fruto del trabajo y esfuerzo bien articulado de todos los actores para el servicio de las personas en situación de vulnerabilidad de Azuay”.

Asimismo, con el objetivo de apoyar integralmente a las mujeres embarazadas en estado de vulnerabilidad y sus bebés durante los primeros 1000 días de vida nació el Banco del Bebé, iniciativa del Banco de Alimentos Ecuador (BAE). Fruto del esfuerzo compartido de instituciones religiosas, la empresa privada y la población, se realiza la entrega de alimentos y nutrientes, artículos de cuidado del bebé y acompañamiento para la mejora de la salud física, emocional y espiritual de las mamás. Cuenta con sedes en Quito y Guayaquil en coordinación con los bancos de alimentos en estas ciudades.

“Esta propuesta apoyará a disminuir los índices de desnutrición, interactuando con diversos sectores y permitiendo que crezca el ser humano de una manera justa y digna. Hemos llegado a 850 niños y sus mamitas y esperamos que sea solo el inicio”, destacó la coordinadora General, María Cevallos.

La Vicepresidencia de la República, como parte de sus funciones en el eje de Sostenibilidad, impulsa el enfoque de Círculo Hambre Cero en el que se articulan esfuerzos de todos los sectores para trabajar sobre la necesidad urgente y prioritaria de erradicar la desnutrición infantil en el país y garantizar la seguridad alimentaria como parte de la estrategia de desaceleración de los daños del COVID-19.